La industria petrolera venezolana que surja después de esta etapa de destrucción y corrupción tendrá que enfrentar dos retos importantes: 1- Demostrar a sus clientes internacionales y locales que está tomando medidas para contribuir a disminuir la causa del cambio climático y 2- Decidir cuál es la vía más eficiente y eficaz para explotar nuestros volúmenes de petróleo técnica y económicamente recuperables.
El cambio climático o calentamiento global, como se dice popularmente, tiene un efecto perjudicial sobre poblaciones en zonas de poca elevación sobre el nivel del mar y sobre la biodiversidad de especies animales y vegetales; además, es probable que ya esté causando sequías e inundaciones extremas. No es algo nuevo. Los cambios de temperatura han ocurrido a través de diferentes épocas. Esos cambios tienen que ver con la variación de la posición de la Tierra con respecto al sol y las erupciones de este. El punto que hay que entender es que ahora hay otro factor, quizá menor pero significativo.
Nadie puede negar que la concentración de CO2 y del gas metano en la atmósfera ha venido aumentando debido a la actividad humana, principalmente por el uso del carbón, petróleo y gas, así como por la ganadería, agricultura y deforestación. Esos gases forman una capa que impide que se escape a la atmósfera el calor que llega a la tierra, por lo que son imprescindibles para la vida. Sin embargo, cuando aumenta su concentración, se incrementa el llamado efecto invernadero y se produce un aumento indebido de la temperatura. Una de las vías para reducir esa concentración es aprovechar que las plantas absorben CO2 y liberan oxígeno.
Al respecto, Venezuela tiene muchos suelos que tienen vocación forestal. Por lo tanto, nuestra estrategia para comercializar un petróleo “ compensado” consiste en proteger nuestros bosques y, paralelamente, sembrar miles de hectáreas de árboles. Esto último fue lo que realizó con gran mística el ingeniero agrónomo JJ Cabrera Malo en el estado Monagas, en proyecto de la CVG. Lamentablemente, en estos años de destrucción no se han sembrado más pinos, han dejado quemar gran parte de ese bosque, y se siguen deforestando miles de hectáreas en el Arco Minero y en Parques Nacionales. Con una estrategia adecuada podríamos llegar a pregonar que nuestro petróleo es “verde”. Desde luego que será necesario suspender la quema de gas asociado al petróleo y empezar a aplicar técnicas de captura y secuestro en pozos del CO2 producido en las operaciones.
En relación a la explotación de nuestro petróleo, tenemos que considerar que su demanda declinará en la medida que avancen las tecnologías para producir energías limpias. Las generadas por el viento y el sol han tenido grandes progresos, la fuente de hidrógeno se está desarrollando rápidamente y en el futuro se visualiza la fusión nuclear. Hoy se consiguen fuentes de financiamiento para estas actividades, pero se hace más difícil para el caso de los hidrocarburos. Sin embargo, estos se seguirán utilizando por algunos años. No podemos perder tiempo.
Hay que establecer un esquema diferente, caso contrario, nuestras cuantiosas reservas estimadas, principalmente de nuestro petróleo de la Faja del Orinoco, se quedarán en el subsuelo.
El actual esquema de Pdvsa y de 47 empresas mixtas con mayoría accionaria de Pdvsa fracasó por incapacidad, incumplimiento de Pdvsa y corrupción. Se discuten nuevas vías: 1- La más sencilla es redimensionar Pdvsa y mantener las empresas mixtas, pero que en estas tenga mayoría el sector privado. 2- Redimensionar Pdvsa, eliminar o no las empresas mixtas y establecer Convenios Operativos, en los que los privados producen, entregan el petróleo a Pdvsa y esta les reconoce los gastos y un porcentaje de ganancia. 3-Apertura para que empresas privadas vengan a explorar y a extraer petróleo, manteniendo a una Pdvsa redimensionada en libre competencia. 4-Privatizar Pdvsa y autorizar la participación de empresas privadas y 5- Promover otras opciones diferentes al petróleo.
Privatizar Pdvsa no es viable a corto plazo. Primero habría que cambiar la Constitución, hacer una auditoría técnica, redimensionarla, parapetear las instalaciones, salir del personal que no agrega valor y aumentar la producción a niveles posibles. Caso contrario se vendería a precio de gallina flaca. Ponerla en condiciones aceptables llevaría algunos años.
La tercera opción gana adeptos y es la contemplada en el proyecto de Ley elaborado por la Comisión de Energía y Petróleo de la Asamblea Nacional 2015, con participación de distinguidos expertos. Para la transición es positiva. Posteriormente, el punto a discutir es si esa Pdvsa redimensionada estaría en condiciones de competir por recursos financieros, humanos y por tecnología con las empresas privadas, y el riesgo de ser nuevamente politizada. Pareciera que lo sensato sería mantener Pdvsa a corto plazo, pero prepararnos para ir privatizando las operaciones. A mediano plazo seguiremos dependiendo del ingreso petrolero, pero hay que planificar más allá del petróleo. Este es el reto más importante.
La refinación está abierta al sector privado, pero condiciones políticas impiden que alguien se interese. Además, los expertos señalan que en el futuro la refinación debe ser un negocio conjunto con la petroquímica y que, salvo casos excepcionales, pequeñas refinerías no son rentables. En gas no asociado con el petróleo, ya hay empresas privadas, pero tienen limitaciones. La distribución de combustibles en Venezuela debería ser de los privados. Se requiere consenso político para crear confianza y evitar vaivenes.
Como (había) en botica : Conmovido por el fallecimiento de mi querido amigo Víctor J. López Lazo, El Vito, distinguido periodista y buen ciudadano. El régimen permite que sus militantes y militares roben, pero los encarcela cuando le conviene. Toda la oposición debe protestar contra los atropellos para intentar evitar que María Corina se reúna con los ciudadanos. Gente del Petróleo y Unapetrol lamentan el fallecimiento de nuestro compañero Gustavo Oliveros ¡ No más prisioneros políticos, ni exiliados!
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